La revista escéptica americana Skeptical Inquirer publicó una interesante aportación de Joe Nickell. En la misma se hacía eco de la información suministrada en su día por la agencia británica REUTERS, según la cual había sido destacado un veterinario por el departamento de Agricultura de Puerto Rico. Las conclusiones oficiales eran que los animales habían muerto en circunstancias normales y que, contrariamente a la «vox populi», no estaban secos de sangre.
También se menciona que cuando el chupacabras apareció en México en Abril, un equipo de científicos estudió los sucesos, siendo atrapados diversos perros salvajes. Un agente de la ley señaló: «Yo no sé en el resto de México o del mundo, pero aquí el chupacabras son sólo perros». Los investigadores escépticos Patricia y Mario Méndez-Aorta de México capital entrevistaron a varios patólogos veterinarios que hablan conducido varias autopsias de supuestas víctimas del chupacabras. De nuevo, en todos los casos, la sangre estaba presente en los restos del animal.
En su día se publicó que una enfermera que vivía en una localidad cercana a la capital mexicana, habla sido atacada por el chupacabras. Nickel nos dice que en realidad ella simplemente se cayó y se fracturó el brazo, pero sus gritos pidiendo ayuda fueron mal interpretados por su abuela y los vecinos que, al acudir a ayudarla, vieron una forma alada negra. Se trataba únicamente, al parecer, de una bandada de golondrinas, pero el rumor ya corría. En otro incidente mexicano, un hombre que declaró haber sido atacado por el chupacabras, confesó más tarde que había querido únicamente encubrir su participación en una reyerta (Los Angeles Times, 18 de Mayo de 1996).
En Florida, instado por las autoridades locales y rodeado de la prensa y los medios de comunicación, un profesor veterinario de la Universidad de Miami, Alan Herron, abrió una cabra atacada supuestamente por la bestia, para demostrar que había sido meramente mordida, y que no se le había chupado la sangre. Para el profesor Herron se trataba solamente de perros salvajes. Parece que la desmitificación produjo sus efectos...
Pero mientras los escépticos intentan demostrar que todo es una leyenda más -siempre la toman con los númenes- el chupacabras desembarcaba en la península. En la revista Año Cero, n0 75, el investigador aragonés Bruno Cardeñosa nos explicaba cómo, a su parecer, el chupacabras estaba haciendo estragos en el País Vasco. Pero ya antes había atacado en Aragón y en los Pirineos. Tampoco Portugal resultaría inmune a la plaga. En el n0 10, la revista Enigmas se hace eco de dichos acontecimientos. En el número 11 Magdalena del Amo Freixedo hacía un pequeño recorrido por la historia de agresiones a ganado otrora considerados inexplicables...
Desde el mes de diciembre este año la revista Enigmas del hombre y el universo lanza la edición en español de Flying Saucer Review, la decana inglesa de las revistas de ufología. Creada y editada por Derek Dempter en 1955, ha pasado por diversos gestores manteniéndose contra todos los embates de las modas, y desde 1982 la dirige Gordon Creighton, otrora miembro de la Royal Geographical Society y de la Society for Psychical Research. La edición española, que corre a cargo de Magdalena del Amo-Freixedo, a la sazón coordinadora internacional del fenómeno OVNI de la revista que la lanza, promete añadir una decena de páginas más a los artículos originales, correspondientes a contribuciones nacionales siguiendo el nuevo enfoque de cosmología y escatología, especialmente información sobre objetos volantes no identificados y sus tripulantes, como reza el subtítulo de la publicación. El primer número que se edita en español corresponde al volumen 41 número 2, el del verano del presente año. y seguirá su periodicidad trimestral original.
Más información en la web de FSR:http://www.angel.co.uk/ archmage/fsr/fsrmain.htm
Los seguidores de RAËL, un contactado francés cuyo verdadero nombre es Claude Vorhilon han decidido comunicar su buena nueva en España y están realizando varias sesiones informativas en Barcelona y Madrid. Para el día 13 han anunciado la presentación por primera vez en el reino de la maqueta de la Embajada para los extraterrestres y para ello han elegido la capital. En Barcelona la presentación está anunciada para el día 19. Nos comprometemos a proporcionar información detallada.
En pleno corazón de Nueva York, la American Primitive Gallery ha abierto con notable éxito una exposición sobre arte inspirado en la vida extraterrestre. Pinturas, esculturas y dibujos forman una miscelánea de obras de autores diversos, algunos de los cuales afirman haber sido abducidos y que reflejan en sus creaciones el evento. La contribución más importante es la del rumano Ionel Tapazon, un fervoroso amante de los ovnis. (Fuente: Lecturas, 13-XII-96, p. 89).
Hace diecinueve años, en 1977, el matrimonio italiano formado Carlo y Anna Musso (50 y 45) estaban practicando turismo en la ruta noruega del «Trollvegen» (La pared del duende) cuando desaparecieron. Como la policía no logró encontrar los cadáveres, las especulaciones comenzaron a tejerse.
El paraje es uno de los más impresionantes del mundo, estando considerado el Himalaya europeo, con su dramático paisaje, sus glaciares azules, los imponentes y profundos fiordos esmeraldas, grandiosas montañas heladas y enormes extensiones llanas.
Las leyendas populares dicen que en esas montañas mora un «Troll», un duende milenario que rige los destinos de los habitantes de la zona y que puede sorprender a los intrusos. Tempestades y vientos huracanados no son sino una forma de demostrar su fuerza y enfado. Por eso no es de extrañar que su desaparición se atribuyera al «Troll», quien los habría conducido a su reino subterráneo, en la profundidad del glaciar, como a otros tantos senderistas a los que perturbó. Y es que, según se afirma, el terrible duende puede influir en los cerebros de las personas hasta llevarlos a la locura.
Otros, sin embargo, rechazaron estos «calibos de fogaril» y con la vista puesta en el siglo XXI recordaron que se había observado en esos pagos un OVNI, infiriendo con osadía que habían sido secuestrados, por lo tanto, por extraterrestres.
Pero ahora resulta que los dos cuerpos fueron encontrados arrojados por un glaciar y los mitos parecen desvanecerse. Pero quizá no por mucho tiempo. ¿Acaso no pudieron ser depositados allí recientemente por los Ets?. ¿Y si fue el Troll?. (Fuente: ABC, 22-X-1996).
Un nuevo acontecimiento ha venido a añadirse a la racha de noticias espaciales que se han sucedido en el medio año último (planetas lejanos, vislumbres de vida marciana, ecosistemas marinos en Gamínedes, etc.).
La Clementine (recordando la canción de los buscadores de oro en el lejano Oeste americano) era una sonda militar proyectada por la Organización de Defensa contra Misiles Balísticos del Pentágono dentro de la llamada Guerra de las Galaxias. La NASA también participaba en el proyecto añadiéndole misiones científicas como levantar un nuevo mapa topográfico de la superficie lunar (l,8 millones de fotografías, muchas aún inéditas) y el estudio del asteroide 1620 Geographos que finalmente no pudo llevar a cabo. Los objetivos militares quedaron paralizados en 1994. Y como la canción, la sonda se perdió en el espacio debido al envío de una orden errónea que afectó al suministro de energía.
Ya en mayo de 1994 se había informado que la sonda Clementine había atisbado agua helada en un cráter de la Luna recién descubierto. Pero los resultados publicados en Science ahora son mucho más precisos. Se refieren a un cráter situado en el polo sur de la Luna, el mayor del sistema solar, dicen, llamado Cuenca Aitkin (o Aikcn, Aitken), con un diámetro de 2.413 Km y una profundidad máxima que sobrepasaría los 12.
Dentro de ese cráter hay un pequeño lago helado cuya profundidad se estima entre 3 y 30 metros. La sonda lanzó ondas de radio al interior del cráter para estudiar su profundidad y los resultados revelaron presencia de hielo. Después de los análisis pertinentes se cree que existe una gran probabilidad de que se trate de agua y no otros compuestos líquidos o gaseosos congelados. En todo caso se confirmaría que el 1% es puro hielo, el resto podría ser mezclas con otras substancias, como metano o dióxido de carbono.
Se supone que el agua llegó a la Luna gracias al impacto de uno o varios cometas que chocaron contra nuestro satélite hace 3.600 millones de años. Las moléculas de agua pudieron quedar atrapadas en el fondo del cráter que se formó por el mismo impacto. La gran profundidad, impidió la incidencia de los rayos solares y por tanto su volatilización.
La noticia ha permitido la especulación sobre el uso de la Luna como base de expansión terrestre sin tener que exportar el agua desde la Tierra. De todas formas habrá que esperar al próximo proyecto de la NASA, el Lunar Prospector satélite dotado con un espectrómetro de neutrones, aparato para detectar la presencia de hidrógeno, componente del agua.
Según nos ha comunicado Cesar Sirvent de Zaragoza, uno de los testigos de la observación en la capital aragonesa del pasado 28 de junio, de la que informamos ampliamente en nuestra anterior edición, la duración total del fenómeno fue de alrededor de dos horas, si bien cada aparición duraba tan solo unos segundos (30-60...).
Este detalle es de suma importancia y desconocido hasta el presente, puesto que no ha sido publicado por la prensa. Hubo numerosas apariciones, probablemente 11 o más.
A juicio del testigo, todos los datos (excepto quizás la gran altura alcanzada) apuntan hacia la teoría de que se tratara de una bengala, con sus características comunes.
Añade no haber encontrado testimonios fiables que permitan "añadir" extrañeza al movimiento de la luz, que corresponde perfectamente a lo que cabria esperar del lanzamiento de bengalas militares, si bien existen características no muy bien explicadas.
Un testigo afirmaría haber visto el objeto estático y luego hacer una caída parabólica brusca, aunque probablemente se trate -apunta Cesar Sirvent- de una falsa apreciación.
Este último y una amiga suya habrían observado una curiosa oscilación, si bien este detalle puede ser explicado por la existencia de un paracaídas al que fuera unida la bengala.